Refleja Rosana un artículo de Pérez Reverte (tampoco es santo de mi devoción, me lo imagino desenvainando su florete y abofeteando al presidente con su guante para retarle en duelo al amanecer, detrás de los Jerónimos) sobre la clase política. Aprovecho el tirón de su blog y traigo aquí parte de otro artículo de un habitual por aquí, Enric González.
"El Consejo de Administración de RTVE cuesta, en salarios, algo más de millón y medio al año. Eso dijo ayer ante el Congreso el presidente de la corporación, Luis Fernández. No fue una sorpresa. El sueldo medio de los consejeros, entre los que figura el propio Fernández, ronda los 130.000 euros. ¿Parece mucho? No lo es. El político español (y los consejeros de las televisiones públicas, como se sabe, son políticos) sale relativamente barato, en comparación con el francés, carillo, o el italiano, carísimo.
También es cierto que con un sueldo de político pueden hacerse maravillas: entre las dietas, los viajes gratuitos o semigratuitos, las comidas por la cara y, en ciertos casos, la vivienda oficial, da para ahorrar bastante.
Lo destacable, en cualquier caso, no es el sueldo. A niveles directivos, se cobra mucho más en la empresa privada. Eso acaban descubriéndolo casi todos los políticos. Por razones que se me escapan, la mayoría de ellos llegan a la política sin apenas experiencia en el trabajo real, ese que ahora se pierde con tanta facilidad, y sin que el trabajo real haya mostrado interés apreciable en contar con ellos. También por razones misteriosas, el mismo político que fue una nulidad en el mercado laboral alcanza, en cuanto cesa en sus altas funciones públicas, una cotización altísima en la bolsa de los ejecutivos.
¿Qué se deduce de todo esto? Que el político español se conforma con un sueldo medianito porque, en realidad, está en prácticas. Está en formación profesional."De esta generalización excluyo a muchos ministros, muy preparados, que deciden meterse en política perdiendo dinero, en uno de los pocos exponentes que creo que quedan de la política en estado puro, es decir, aplicar los conocimientos, la experiencia y las convinciones propias al servicio de los demás.
1 comentario:
En un mundo perfecto, me quedaría con el último párrafo…qué maravilla y qué tranquilidad nos daría…nene, que no sólo no me consuela, que es que muy al contrario me desasosiega saberme hoy en manos de los “practicantes” a modo de cobaya….pero peor se pone cuando atisbo el futuro, y esos aprendices en prácticas sean los recién llegados de las reformas educativas de estos primeros….
Un beso con presente desalentador.
Pd. Qué bien estuvo “chicomalo” anoche…me gustó el directo.
R.
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